lunes, 31 de diciembre de 2018

Los viajes del krautrock

Hacia fines de los '60 emergió en Alemania un movimiento musical que fue conocido como "krautrock". Bajo este flexible paraguas encontramos  grupos muy diversos, desde la electrónica de Kraftwerk y Tangerine Dream (con aproximaciones distintas entre sí a la vez), el proto ambient de Cluster, la avanzada místico-étnica de Popol Vuh y el pulso más rocker de Amon Duul II, hasta el avant-garde psicodélico de la banda que nos ocupa hoy, Can, la más interesante de todo el krautrock a mi juicio (y el roster es mucho más vasto, incluyendo Ash Ra Temple, Faust, Neu! y varios etc.). A pesar de su heterogeneidad toda esta gente estaba movida por un espíritu de innovación y experimentación, en una época en donde ese mismo espíritu había echado raíces en EEUU y en Gran Bretaña, tanto en el mundo del rock como del jazz -ayer luego de escuchar por enésima vez el disco que les propongo hoy puse "On the Corner" (1972) de Miles Davis y no pude dejar de asombrarme por la continuidad natural que había entre ambas grabaciones más allá de las obvias distancias entre los géneros (la experimentación asaltó otras músicas del mundo por aquellos años claro está; pensemos sin salir de casa en la proyección folklórica argentina por ejemplo o en lo que músicos como Mosalini, Mederos o Rovira estaban haciendo con el tango).
Pero es evidente que también hay algo específicamente alemán, reflejo de una movida cultural más amplia que hizo que Berlín (lugar que condensaba todos los temores apocalípticos de la Guerra Fría y caldo de cultivo de una rica contracultura por esa época) fuera un faro para aquellos que buscaban nuevas inspiraciones artísticas (no por nada Bowie se fue a grabar allí su famosa trilogía Low-Heroes-Lodger, aunque en realidad Lodger fue grabado en Suiza y NY, pero esa es otra historia). Una figura central en esa trilogía, Brian Eno, colaboró activamente con el dúo Cluster por aquellos años y reclutó al baterista de Can, Jaki Liebezeit, para su tremendo disco "Before and After the Science", del cual ya hablé en este post. Pensemos que por la misma época emergieron notables cineastas alemanes como Fassbinder, Wenders, Schlondorff, Von Trotta o Herzog (varias películas suyas llevan banda de sonido de Popol Vuh, incluyendo íconos como Nosferatu o Aguirre). En fin, que el disco que les quiero postear hoy es como diríamos un "emergente" de un caldo muy amplio, y su enorme virtud es justamente la de chupar de distintas fuentes (música culta, jazz, rock, funk, etc.) y generar algo totalmente nuevo, que sigue inspirando a muchos artistas aun hoy (solo para dar un ejemplo, Radiohead).
Can se formó en 1968 en base a un cuarteto clásico (bajo-batería-guitarra-teclados). Holger Czukay, el bajista, era el cerebro de la banda de algún modo, ya que era el encargado de editar intensamente los vinilos mezclando las tomas convencionales con grabaciones que hacía (a veces secretamente) de improvisaciones o ensayos de sus colegas y adicionando todo tipo de sonidos (de cintas o aleatorios, como los que producen perros o niños que pasan por ahí), lo cual hace que en ciertos momentos el grupo se aproxime a la música concreta. Can se completaba con Irmin Schmidt en teclados (de cuya cortesía gozamos tanto de climas ominosos o etéreos según el caso, como de toda clase de sonidos extraños provenientes de diversos aparatos), Michael Karoli en guitarra y violín (quien aportaba el toque más rockero) y Jaki Liebezeit (el pilar del sonido de la banda, al menos en este disco) en batería. Para darse una idea de que aquí no hablamos de la típica banda de rock, vale comentar que tanto Czukay como Schmidt habían estudiado con Stockhausen (nada menos!), mientras que Liebezeit venía del free jazz.
Tuvieron distintos vocalistas, pero el que apareció en los tres discos que usualmente se consideran como los más valiosos ((Tago Mago, 1971; Ege Bamyasi, 1972; Future Days, 1973) fue el japonés Damo Suzuki. Digo vocalista y nunca mejor empleado el término porque Suzuki cantaba, oraba, aullaba, hablaba, en fin que sus intervenciones con la voz tenían un amplio rango, y si bien eran en general en inglés también podían incluir el japonés, el alemán y expresiones en lenguas indescifrables. En cualquier caso no hay que buscar ningún sentido en lo que canta Suzuki, lo importante es como su voz se integra al sonido de sus compañeros como un instrumento más, a veces acercándose a la melodía y otras a la pura cacofonía.
Resulta muy difícil elegir un disco de esa trilogía, pero personalmente me quedo con el doble Tago Mago (nombre tomado de un islote cerca de Ibiza), un disco realmente revolucionario (es de 1971 puta madre!) por su sonido, la forma en que se integran los instrumentos, la voz y las "intervenciones" de Czukay y la estructura (o falta de) de los temas. Se trata de un verdadero viaje, que tal vez mejore (o como mínimo cambie) con algún hongo o ácido, pero que por sí solo ya te lleva, si lo escuchas atento y no mirando el celular, a estados de conciencia diferentes. 
Las cuatro primera canciones pertenecen al primer disco y son las más "convencionales" (todo es relativo como ya sabemos), mientras que las restantes tres (del segundo vinilo) son más experimentales y en ocasiones directamente anárquicas. La experiencia bien vale la pena, y en particular si lo escuchan en un buen equipo, no solo por los múltiples detalles de sonido, sino también porque las voces y los instrumentos van viajando de un canal a otro, ayudando a crear una atmósfera alucinatoria. Las "letras" van en la misma dirección, y usualmente son más bien cánticos o mantras, como por ejemplo este:
"When I saw mushroom head
When I saw mushroom head
When I saw mushroom head
I was born and I was dead"
Las tres primeras pistas ("Paperhouse", "Mushroom" y "Oh Yeah") están enganchadas y la cuarta ("Halleluhwah") es una larguísima jam de 18 minutos y en mi opinión el punto más alto del disco, un tema que podía durar otros 18 minutos y seguiría siendo fascinante, gracias a su groove que anticipa el sonido trance. Todo este bloque (pero en especial Halleluhwah), está sostenido en la batería maniática de Liebezeit, que parece que fuera una máquina en lugar de un humano. Arriba del groove de su batería puede sonar literalmente cualquier cosa, desde riffs ácidos hasta cánticos tibetanos. Para ser claros: si piensan en organizar una fiesta retro psicodélica, estos cuatro temas son el soundtrack ideal. Combo funk-electrónica-jazz-avant garde-rock ácido imbatible.
El segundo disco, como dije, es un poco diferente. La también larguísima "Augmg" arranca como si fuera la música de una película de sci fi de los 60 con monstruos horribles de planetas lejanos y no para de generar ansiedad en el oyente hasta que desemboca en unos tambores tribales que introducen, luego de un largo rato, un poco de ritmo en esta pista enigmática.
Luego sigue "Peking O", que está en un plano similar en cuanto a intensidad de la experimentación, pero con mayor presencia de la base rítmica, arriba de la cual se mueven tanto algunas intervenciones casi atonales de la guitarra, el piano o el violín, como la voz de Suzuki repitiendo hipnóticamente frases oscuras. En algún momento la cosa va en plan Carl Stalling (el tipo detrás de la música frenética de los dibujitos de la Warner) y hacia el final se torna más polentosa con los tambores de Liebezeit. El cierre "Bring me coffee or tea" es el típico tema que pasan en una fiesta cuando todos están dados vuelta, un cierre onírico para un disco magnífico.
En Tago Mago, más allá de que en algunas pistas hay algo parecido a una melodía, o prevalecen estructuras rítmicas definidas, lo que vale es el trabajo con el sonido, con su intensidad y con el tiempo. La experiencia del oyente puede ser agradable o desorientadora, pero nunca deja de ser intrigante y con cada escucha se descubren nuevas cosas (it grows on you como se suele decir).
¿Qué más puedo decirles? Si no lo hicieron hasta ahora, ¡Escuchen este disco o sufrirán condena eterna! Para bajarlo pinchen acá. Para escucharlo en Spotify acá. Y buen 2019!

Can Tago Mago
1. Paperhouse
2. Mushroom
3. Oh Yeah
4. Halleluhwah
5. Augmg
6. Peking O
7. Bring me Coffee or Tea